Las humedades por capilaridad son un tipo de patología de las edificaciones, fácilmente diagnosticable, pero muchas veces, con difícil solución.
Normalmente las encontramos en la parte inferior de las paredes que están en contacto con el terreno. Las condensaciones en el solado y muros son el origen de esta patología, que en muchos de los casos tienen una causa directa, bien por filtraciones, niveles freáticos altos, aguas de lluvia, escorrentía o fugas; y de manera general, por la mala impermeabilización de los paramentos o por el contacto directo de estos con el terreno.
Dichas patologías incentivaran la presencia de microorganismos, olores y humedad ambiental interior y en otro plano, la pérdida de prestaciones mecánicas de los materiales, reduciéndose la durabilidad de estos y obligando a continuos trabajos de reforma o mantenimiento.
Es fundamental el análisis previo de los niveles freáticos, presencias de agua, orientación de las viviendas y por supuesto el correcto tratamiento de los paramentos con materiales impermeables.
Pero cuando se trata de la humedad inherente al terreno, más allá de problemáticas como las anteriormente expuestas, el hecho de evitar la capilaridad de cimentaciones y soleras es fundamental.
En este caso, deberemos hacer distinción entre proyectos de rehabilitación y de nueva edificación.
La diferencia es inmediata, el hecho de poder tratar el terreno inicialmente, impermeabilizar cimentaciones y paramentos horizontales es fundamental en obra nueva, pero mucho más difícil y costoso en rehabilitación.
De tal manera que, en las obras de rehabilitación, en las que difícilmente podemos tratar la base de los muros o en profundidad el terreno, la colocación de elementos impermeables en este, más allá de solucionar la problemática en solados, la acrecentaran en paramentos verticales.
Por ello deberemos dejar “respirar” al terreno bajo los suelos, y ventilar debidamente las cavidades sanitarias, para de esta manera extraer dicha humedad inherente, evitando que, con el tiempo y las perdidas térmicas, termine por condensar y aparecer en solados y muros.
De este modo, intervenciones previas o en reforma que corrijan las filtraciones de agua, el saneado y secado del terreno, la impermeabilización de las cimentaciones o técnicas más complejas como las barreras electro osmóticas, etc, paliaran y retrasaran la aparición de dicha patología.
Especial mención merece la solución de las soleras ventiladas y forjados sanitarios. En uso desde hace más de 20 años, el Sistema Cáviti, rompe la capilaridad con el terreno puesto que los pilares que genera el sistema tienen recubrimiento plástico en su base, y permite la ventilación bidireccional de la cámara sanitaria, disipando la humedad y evitando las condensaciones, que de manera acumulativa terminarían por dar la cara en el interior de la vivienda.